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Jugar es la principal motivación de nuestros niños, por ello debemos darle gran importancia al juego y a la elección de juguetes óptimos para su desarrollo.
Aprovechar esta circunstancia es parte de nuestro deber como padres y maestros, debemos darles a nuestros niños herramientas para que, a través del juego, puedan descubrir su mundo, desarrollar su imaginación e impulsar su desarrollo intelectual.
Una de las principales ventajas de muchos de los juguetes didácticos es el favorecer la relación e interacción del niño con su entorno, socializar a nuestros niños es uno de los principales objetivos de la educación tanto en el hogar como en nuestros centros educativos. El uso de los juguetes didácticos es un fantástico medio en ese proceso de aprendizaje y socialización.
Todos hemos dicho alguna vez la frase “De mayor quiero ser…” padres y maestros tenemos la responsabilidad y el deber de ayudarles a identificar sus talentos, de dejarles soñar y ayudarles a desarrollar sus habilidades. Muchos de los juegos educativos resultan fundamentales en este proceso.
Y es que, cuando los niños juegan, se ven inmersos en un mundo donde su imaginación no tiene límites, su desarrollo creativo entra en acción y los objetos tienen un gran valor simbólico.
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¿Qué tipo de juegos didácticos podemos encontrar?
Juegos de manualidades: para el desarrollo motriz y creativo, son juegos que permiten que el niño sienta la libertad y capacidad de crear. En este tipo de juegos el cerebro se pone en marcha para conseguir de lo abstracto un mundo que para ellos representa su creación, su obra y resultado que les enorgullece y enriquece su autoestima. Simplemente con pinturas y papel los niños pueden jugar creando, no obstante, hoy en día muchas casas de juguetes apuestan fuertemente por este tipo de juegos, así, encontramos juguetes para crear con plastilina o arcilla para malear, juegos para crear joyas o crear propios diseños de ropa, etc…
También en este tipo de juegos tenemos que tener en cuenta que muchos materiales reciclables resultan útiles para crear, muchas ideas creativas surgen a partir de formas y figuras, los niños pueden, por ejemplo, a partir de tapones de botellas, imaginar que son ruedas y con una caja de cartón fabricar un coche. Muchas veces nos sorprendemos de cómo se entretienen, por mucho más tiempo, con un coche fabricado por ellos manualmente que con un juguete comprado.
Juagando a crear música: No solo ayudan al desarrollo cognitivo e intelectual de nuestros pequeños sino que también les ayuda en la coordinación y en expresión corporal, el control rítmico favorece la confianza y la seguridad emocional. Para este tipo de juegos no solo debemos pensar en los instrumentos musicales tradicionales, todo lo que genere sonido puede convertirse en un instrumento musical ideal para el juego de nuestros niños.
Juegos de números y letras: la mejor manera de aprender es a través del juego. El juego les motiva y les ayuda a adquirir los conocimientos de una manera más rápida. Estos conocimientos adquiridos favorecen la autoestima del niño y representan cargas de seguridad y confianza en sí mismos. Para estos juegos didácticos encontramos multitud de posibilidades, juegos con cartas, con fichas, letras con imanes o incluso, para complacer a los niños más tecnológicos, podemos encontrar videojuegos y tabletas especialmente diseñadas para aprender jugando.
Juegos de construcción: No solo son fundamentales en su desarrollo intelectual, los juegos de construcción impulsan su desarrollo creativo. Crear, fabricar, ensamblar y construir son juegos que activan la mente de los más pequeños, obliga a encontrar soluciones a problemas simples, a superar obstáculos y a seguir adelante ante situaciones de bloqueo. Estas circunstancias luego se extrapolan a situaciones cotidianas, los niños aprenden a no detenerse ante los obstáculos y a encontrar siempre soluciones para continuar.
Para este tipo de juegos, encontramos juguetes con bloques o los tradicionales legos que son los juguetes de construcción por excelencia. Asimismo, muchas casas han apostado también por este tipo de juego y encontramos juguetes con piezas ensamblables o que se juntan a través de imanes y dan infinidad de posibilidades para construir y fabricar objetos.
Al igual que las manualidades, es una actividad que enriquece la valoración en sí mismos, sienten que han conseguido un objetivo y les enorgullece su creación.
El juego simbólico: Es el tipo de juegos que más les enriquece, les prepara para las situaciones reales de su vida y les ayuda en su desarrollo personal. Lo que para un adulto es un palo, para un niño es una varita mágica, un montón de piedras son para un niño tesoros que ha encontrado. Como un superhéroe que ha podido con todos los obstáculos, los niños se sienten poderosos, libres y es esa libertad lo que enriquece su espíritu creativo y personal.
A través del juego simbólico con otros niños aprenden valores fundamentales en su relación social, jugar a las profesiones o a las familias les hace desenvolverse ante determinadas situaciones y desarrollar respuestas ante interacciones con el otro descubriendo así las consecuencias de sus acciones y los resultados de estas en las emociones de sus compañeros o incluso en sí mismos.
Descubrir las emociones en los juegos de interacción les ayuda a consolidar la empatía y a descubrir valores fundamentales en su vida como la amistad, el respeto o la ayuda al otro.
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Es fundamental concederles ese tiempo de juego:
En nuestra comunidad; los colegios y, principalmente, las escuelas infantiles dan especial importancia a los juegos didácticos. Sin embargo, educar es tarea de todos y debemos preguntarnos si en nuestros hogares y familias dedicamos algo de tiempo a ello, y es que el tiempo de juego es tan necesario para los más pequeños como para los padres y adultos.
Dedicar un rato a jugar con nuestros niños nos hace desconectar de nuestras tareas y conectar con el mundo de los más pequeños, pero más importante que todo ello es el formar parte de su desarrollo emocional, intelectual y de autoconfianza, ello reforzará nuestro vínculo como padres y consolidará las bases para la buena comunicación en los hogares.
Intentemos evadir videojuegos o que nuestros niños pasen horas frente al televisor. Debemos dar a nuestros niños tiempo para el juego e intentar que estos juegos sean constructivos, que le aporten algo a su desarrollo intelectual y emocional.
Además de proporcionar las herramientas y el tiempo para el juego didáctico, fundamental es que comprendamos el gran valor que tiene el juego en el proceso educativo, y más aún, el tiempo de juego que un niño tiene con sus padres. Las familias deben comprender esa importancia y todas las ganancias que sus niños tienen a partir del tiempo dedicado a ellos.
Concedámosle ese tiempo, un rato para crear e imaginar, un tiempo para ellos en el que descubran su mundo y disfruten del juego mientras enriquece su aprendizaje.
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